viernes, 16 de abril de 2010

HABLANDO CON MIS PENSAMIENTOS

DIBUJO DE VIEJO ZORRO (INfa INOT)
Pensamientos
 ¡Envidia os tengo pensamientos, que viajáis libres sin dar explicaciones! Sin pedir permiso ni licencia y dejáis este cuerpo atrapado en la materia y en la distancia, atado a justificaciones, obligaciones, deberes y a pocas devociones. Envidia os tengo pensamientos, que rozáis las nubes, surcáis los mares, acariciáis la  luna y regresáis a mí para utilizarme como archivo de vuestras aventuras, de cuanto habéis vivido en vuestras correrías, de todo aquello que solo vosotros podéis alcanzar y a mí  me hacéis desear.

Pensamientos míos, que voláis libres a vuestro antojo para vivir todas las historias imaginadas, por imaginar y que yo a través de vosotros solo puedo soñar, para gozarlas ó sufrirlas  según me las queráis presentar. En vuestro ir y venir sin que yo os pueda retener, llenáis mi mente de recuerdos que a veces no quiero tener y llegado a este punto reconozco que algo os he de agradecer, pues pasáis de puntillas por las desgracias  y las archiváis allá al fondo, a donde más me cueste llegar, para recrearos en las alegrías, muchas de ellas solo por vosotros vividas, de las cuales intento disfrutar como si fueran mías.

Vosotros vais allá donde yo no puedo ir, acariciáis una flor que yo no puedo acariciar, os paseáis por jardines prohibidos para mí y me traéis fragancias que  hieren mi corazón, me hacéis perder la razón al convertiros en palabras y podéis hacer que me tomen por loco cuando os quiero contestar, pues al hacerlo estoy hablando solo, ó con vosotros, que al fin y al cabo es igual, es hablar conmigo mismo  y el que acaba  hablando para sí, no podrá  echar la culpa de ello a sus pensamientos, sin que alguien pueda poner en duda su cordura.

Os envidio y os odio pensamientos, pues hacéis de mí a vuestra voluntad, un mártir o un príncipe azul, me hacéis llorar ó reír, sin darle a mi cuerpo ocasión de que se materialicen en él las ilusiones que hacéis dormir en mi mente después de usarme como contenedor físico de vuestras penas y alegrías, y por si fuera poco, os atrevéis a vivir mi vida antes de que yo la viva y de lo que vais viviendo, a mí tan solo dejáis que lleguen las migajas que pueda hacer realidad. Sois la burla constante entre lo que me hacéis creer y lo que en verdad puedo ser. Maldigo vuestra libertad en la que no hay fronteras, ataduras, ni justicia que os impida hacer vuestra santa voluntad, haciéndome a mí esclavo de todo lo que me hacéis añorar.

Sí, pensamientos, me dejáis a mí aquí, a mucha distancia del mar, sentado en una silla mientras tecleo en mi ordenador una historia que me habéis contado, mientras vosotros me atormentáis contemplando en una playa sureña, ese cuerpo tendido al sol, me hacéis sentir la brisa dulce ó salada, el murmullo del agua, el vuelo de una gaviota que pasa, o el olor de la crema que la protege del sol. Dejáis que mi mano acaricie la arena ó la toalla que ella pisó y luego como venganza, tan solo archiváis en mi mente una ilusión convertida en recuerdo de lo que un hombre soñó… ¿Qué clase de diablos sois?

Trato de ignorar que hacéis parte de mí, trato de ignorar vuestra existencia, pero siempre traéis a las celdas de mi memoria la misma imagen de una luna nueva, que asoma por el horizonte. Una luna en la que nunca creí y que ahora me transporta a un paraje secreto de mi mente donde ausente del mundo soy feliz, porque nada me impide ser como soy, o como quiero ser. Nada me impide escuchar a mi corazón, ni enamorarme de la luna, del Sol, o de quien quiera yo.

¡Ay pensamientos míos! Al final de tantos juicios hechos sobre vosotros y sentencias en contra y a favor, he de reconocer hoy, que sois mi libertad y quien todo os quiso reprochar, que soy yo, no es más que vuestra cárcel sin barrotes, el archivo de vuestras aventuras, que es el mayor tesoro que conmigo se ha de enterrar. Reconozco también que soy feliz a fin de cuentas de saber que siempre llegaréis vosotros a donde yo no podré llegar, que sois la fuente de mis ilusiones y ellas son la esencia de mi vida, sois mi alma, si existe y sino  lo mejor de mí, sois, con permiso de Dios, lo que me compara con él, estando en más de un sitio a la vez y tenerla a ella cuando la quiera tener, ver sus ojos alegres en la barra de un bar, cuando los quiera ver. Gracias pensamientos por perderos en el tiempo los malos y por acompañarme los buenos hasta el fin, gracias por hacer de mí lo que soy.

Viejo Zorro

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