martes, 13 de abril de 2010

OS QUIERO SUEÑOS

Óleo de Viejo Zorro (InFA INOT

Hola sueños, nunca hable de vosotros a pesar de lo importantes que sois en mis noches, nunca me paré a pensar, que sería para mí una noche sin sueños, con lo que me gusta soñar. En los maravillosos paisajes de vuestra fantasía me he perdido muchas veces, sin prisa por volverme a encontrar, he visto soles sobre mi cabeza, lunas brillando a la par, aguas cristalinas en las que no me cansé de nadar, valles sembrados de flores que cubrían los caminos  que nunca quise pisar.

Sueños que me esperáis detrás de las negras cortinas de la noche, para invitarme a viajar muy lejos de la realidad, sueños que a veces saltáis vuestras fronteras y me acompañáis en el día ausente de mi mundo, de la gente que me llama distraído porque no puede entender cuando se tropiezan conmigo, que yo no las pueda ver. No saben que sigo al otro lado, caminando por las blancas montañas recién nevadas, contemplando las figuras que dibujan las nubes para acabar escribiendo un nombre, que me gusta repetir callado… para que nadie me pueda escuchar.

Ayer noche no quise irme solo a la cama, sabía que me estabais esperando, pero no quería viajar y le pedí a una ilusión que me acompañara, no sabía cómo pedírselo y así se lo pedí: Ojalá tuviera tu permiso para soñar contigo. Fue todo cuanto se me ocurrió, ella me dio la mano y nos fuimos los dos. Paseando por la arena de una playa sin fin  dorada por la luz del sol, oí su risa, su voz y me paré frente a ella para contemplar sus ojos, hablábamos sin dejarnos hablar, pues tantas cosas nos queríamos decir, que las decíamos a la vez, huyendo del amanecer.

Gracias sueños, por ayudarme a traerla  a estos parajes que con tanto color y luz habéis pintado para ella,  gracias por hacerme disfrutar de su compañía de una forma tan real, pero no merecéis las gracias por dejarme despertar cuando aún la escuchaba hablar entre los pitidos del despertador ¡Maldito trasto y quien lo inventó!  Tras esta exclamación, el reloj dejó de sonar y de nuevo a su lado volvía a estar.  Recuerdo que le estaba pidiendo que siguiéramos soñando, para no dejar de oír su risa.

Ahora que ella se marchó, ya no tengo prisa,  ahora que estamos solos, queridos sueños, dejadme que siga  soñando  despierto, para que no deje de oír su voz, es un regalo que no me podéis negar y tampoco cambiar por otro  mejor. No sé si depende de vosotros sueños, pero si soñando he de ser feliz, soñaré también de día, entre la multitud he de soñar y cuando me vean sonreír y no sepan  porqué, a quien me pregunte le diré: ¿No ves que estoy soñando? Pues déjame soñar…

Gracias por venir conmigo a las playas de mis sueños, gracias por caminar de mi mano entre las flores de aquellos  valles,  gracias por llamarme desde la fantasía, gracias por ser un sueño, que se queda en los archivos de mi memoria, donde se unirán tantas coincidencias que nadie podrá creer, dirán que no son verdad, sino cosa de sueños y a nosotros, que más nos da…

Adiós sueños, os quiero, por que al igual que yo, la  habéis querido.

Viejo Zorro

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