domingo, 18 de abril de 2010

DESAFÍO DE DAMAS I ( dibujo de Viejo Zorro -InFA INOT)




















Desafío a las damas 
              
Caballo, convierte tu galope en vuelo,
pues allá escucho  a unas damas
que no se andan por las ramas
y sin pudor, nos desafían en duelo.

¡Soo! Afloja el paso  caballo ¡Soooo!
Ya nos han visto ¡Calma!
que  para sacar las armas
siempre hay tiempo, te lo digo yooo

Quieto parao, jumento, que no  caballo,
la intención ya se nos ve
y hemos empezado bien,
¡Adelante   Sres. y amos, que no vasallos!

Ahora vamos  a gritar como guerreros,
hemos de  aparentar
que venimos a pelear,
pero  para pelear,  tiempo tenemos

¡Adelante mis nobles caballeros!
¡Que no se diga de nuestro valor!
¡Menos aún de nuestro honor!
 ¡En  batalla me tenéis el primero!

Aunque la hora no está para  alardear
ni para sacar arma alguna,
son días de  calor y perruna
y de gatillazo seguro  para quedar mal

Si ellas sacaron el guante para desafiar,
que vayan sacando otras prendas
nosotros, sujetando las riendas
y demostrando aguante  hasta el final

Vayamos  con mucha calma caballeros
vayamos con nervio templado
asestando  golpes bien dados,
si hay herida vieja no hagan más agujeros

En estos duelos  ¡A por ellas, no echen trolas!
Aguanten  largo y tendido,
 no se muestren rendidos,
que heridas con amor, han de morir ellas solas
Viejo Zorro

EL BOSQUE ENCANTADO (oleo de Viejo Zorro -InFA INOT)


















EL BOSQUE ENCANTADO

Gruñen y se quejan las ramas
en esta noche de calma,
donde el silencio es el dueño,
roto por chasquidos risueños
y siniestras voces lejanas
que hacen mis fuerzas vanas

Noche oscura, tenebrosa,
envuelta en la niebla espesa
que oculta extraños susurros
y esconde caminos oscuros
donde acechan las sorpresas
a cual menos  generosa

Aparecen  para que sucumba,
pasan sigilosas a mi lado,
sombras que me atrapan,
suspiros que se escapan
de cuerpos sin vida tirados
sin nadie  que cabe su tumba

Bosque encantado del mal,
antesala de la muerte,
escenario de atrocidades
a manos de autoridades
que la vida echan a suertes
cuando es la de los demás

Temible y negra oscuridad
que no me permites ver
este camino sin fin
que tomé por  fingir
y fingiendo hallé la seguridad
de que no voy a salir de aquí.

Viejo Zorro

QUÉDATE CONMIGO (carboncillo de Viejo Zorro)









QUÉDATE CONMIGO

Como el mundo de mi mente
Como dulce melodía
Como la noche y el día
Como el agua de mi fuente
Quédate  conmigo.

Como camino de mil puentes
Como estrella que me guía
 Como trenzas  que me lían
Como un abrazo muy fuerte
Quédate conmigo.

Como  río de amor sin  afluentes
Como playa, de gente vacía
Como rumbo que no varía
Como ciego que va a su suerte
Quédate conmigo.

Como miles de besos  insuficientes
Como un mar de alegría
Como el Sol que te daría
Como mar de aguas  transparentes
Quédate conmigo.

Como una mirada limpia y diferente
Como la sed y el agua fría
Como  gente que abrazaría
Como luz que alumbra indiferente
Quédate conmigo.

Como caricia que recuerdas siempre
Como  niño sin malicia
Como adulto sin avaricia
Como palabras que nunca mienten
Quédate conmigo.

Viejo zorro

AQUEL RINCÓN (Foto de Viejo Zorro)

AQUEL RINCÓN

En aquel triste rincón,
mirando al agua un día
¡Qué amargura la mía!
¡Qué dolor de corazón!

Hundido,  al Cielo miré,
no había Sol para mí,
me hallé sentado allí
y sentado y solo quedé

Viendo aquel agua mansa
mi vida parecía irse,
en mí, todo quiso rendirse
como una vida que cansa

Aquel rincón escogí
para  esconder mí pena,
como granitos de arena
en una playa sin fin

Hoy al mismo lugar he ido
para escuchar  tu voz,
allí estuvimos  los dos
y tú, me hablabas al oído

El Cielo cambió de color
el agua era más azul,
solo  porque estabas tú
y yo te hablaba de amor

Pero tu voz se ha perdido
y todo se entristeció,
de nuevo apareció
el marco  que había  sido

He querido que lo tengas
y me digas como es
lo maldije yo tal vez?
por llenarlo con mis penas

Este es el rincón de aquel día
donde solo te lloré,
solo yo sé porqué,
ni tú sabías que te quería

Un lugar como otro, quizá…
Quise probarlo hoy,
pero cada vez que voy
retorno al pasado sin más

Tal vez lo quieras como recuerdo
entre tus fotografías,
yo, de entre las mías
lo he borrado y  no lo quiero

Viejo zorro

viernes, 16 de abril de 2010

SOMBRAS DE UNA VIDA

PINTURA DE VIEJO ZORRO (INfa INOT)

Hablando con mí sombra
¿Cómo pasar por la vida de largo sin hacerle un simple guiño a mi sombra? A ti, sombra que me acompañas a todas partes, tú que  te arrastras para seguirme, que caminas a mi paso y descansas conmigo, tú que fuiste fiel compañera de mis juegos cuando solo era un niño ¿Cómo no hacerte ahora que soy mayor, un guiño? Yo te lo hago agradecido porque me acuerdo de ti, de las carreras que echamos juntos, de cuando me escondía  de ti  ¿Te acuerdas sombra? Las veces que intenté pisarte y nunca lo conseguí.

Un día cuando más lucía el sol,  decidí que te perdería y hasta que mis piernas aguantaron, no dejé correr, ni de mirar atrás y tu siempre me seguías, cuando no pude más, me caí rendido bajo un frondoso cerezo y abrí los ojos  sorprendido de que no estabas allí, no sabes la alegría que me di, lo que disfruté de haberlo conseguido, pero no tardé en sentir la nostalgia de haberte perdido. La grande sombra del cerezo te había engullido y se quedó inmóvil en torno a mí, no acertaba a comprender  el porqué, no podía verte a ti y sin embargo me veía a mi atrapado por la sombra del cerezo. Tumbado sobre la hierba fresca de aquel prado, que ya no existe, en beneficio del cemento, un buen rato pensando en ti me tuviste y de lo poco que podía entender por mi corta edad, no sin darle vueltas en mi cabeza a tu compañía, no pude evitar pensar que eras mi mejor amiga, la que nunca bajo el sol me perdía, la que en todo me imitaba y en silencio caminaba siguiendo siempre mis pasos a cualquier lugar iba.

Yo hablaba contigo sombra, sabiendo que no me habías de contestar, así te sentía más viva en aquellos hermosos días, que solo existían cuando yo era un niño y tu mi mejor amiga, las cosas como son…  Todo aquello dista mucho de hoy y, allá lejos en un tiempo que no volverá, quedó el niño y quedó su pequeña sombra, quedaron sus sueños, en aquellos amaneceres, quedaste tú sombra niña y yo seguí adelante con mis recuerdos y una sombra que hoy me sigue por simple rutina. Cuando vuelvo la vista atrás, no puedo evitar dedicarte un recuerdo, fiel compañera, pues siempre estabas dispuesta a jugar conmigo, sé que sigues a mi lado todavía, pero es como si no existieras, porque falta el niño que jugaba contigo, y aunque a ti te sigo teniendo, a él ya lo he perdido y ojalá no lo perdiera, pues al hacerse mayor, una sombra la tiene cualquiera y solo te acuerdas de ella cuando te falta el sol y, no es de la sombra de quien te acuerdas, sino de que el tiempo empeora y puede que llueva…

Hoy querida sombra, me escondo detrás de la pantalla de mi ordenador para seguir hablando con otras, pues ya no tengo el valor de hablar contigo por la calle como lo hacía cuando los dos éramos críos y, que conste que por mí no es, sino por tanto loco suelto que viendo que hablo solo, a caso puedan pensar que el loco soy yo.  Lo que piensen en realidad, es lo que menos me importa, por eso aprovecho que estamos solos para contarte una vez más, que sin abandonar nuestras charlas, hoy hablo también con estas pequeñas  sombras hechas letras que se estiran, se encogen, se agrupan, se separan, aparecen y desaparecen en mi pantalla, para hacerme sentir como antaño cuando jugaba en tu compañía, a ti te proyectaba el sol, a estas las proyecta otro tipo de energía, tú te movías con mis pasos, con mis carreras, estas se mueven de otra manera, tú eras mi sombra, muchas de estas no sé de quienes son siquiera, al fin acaban siendo esas sombras amigas que deseas que aparezcan cada día en esta pantalla azul.

Todo cambia, todo se va y todo se queda, yo sigo siendo el que era, pero hoy las sombras que me acompañan en mis juegos, me llegan desde todos los rincones, con acentos, puntos y guiones, para crear en mí ilusiones como tú las creabas ayer, se hacen mis aliadas y las quiero como se pueden querer, estas se enfadan y en ellas se puede leer, te rechazan unas veces y otras te alagan, pero no dejan de ser sombras en mi camino que se mueven de noche y de día  para llegar a mí vida, me hablan, me sonríen y combaten mi silencio al igual que tu lo hacías, se que todas tienen un dueño, el tuyo siempre seré yo, ahora intento desde esta pequeña ventana descubrir a los amos de las de hoy  y cuando lo voy consiguiendo, veo  detrás de ellos, sombras como la mía.

Yo siempre creí en ti sombra, incluso sin la luz del sol, pero siempre apareciste con el cielo despejado, hoy le pido a las que me llegan por internet, por este bosque de sentimientos deshojado, que se incorporen en sus renglones, que me hablen más fuerte y más claro, que escuchen también mi voz, que hablemos todos y no me sienta hablando solo. No tengas celos sombra niña, siempre serás mi sombra, a estas alturas, con todo lo vivido y aun que sé que hablar contigo es hablar solo, sabes que no me cuesta y mi alma se anima cuando una sombra me contesta…

Un abrazo sombras.

Viejo zorro 

HABLANDO CON MIS PENSAMIENTOS

DIBUJO DE VIEJO ZORRO (INfa INOT)
Pensamientos
 ¡Envidia os tengo pensamientos, que viajáis libres sin dar explicaciones! Sin pedir permiso ni licencia y dejáis este cuerpo atrapado en la materia y en la distancia, atado a justificaciones, obligaciones, deberes y a pocas devociones. Envidia os tengo pensamientos, que rozáis las nubes, surcáis los mares, acariciáis la  luna y regresáis a mí para utilizarme como archivo de vuestras aventuras, de cuanto habéis vivido en vuestras correrías, de todo aquello que solo vosotros podéis alcanzar y a mí  me hacéis desear.

Pensamientos míos, que voláis libres a vuestro antojo para vivir todas las historias imaginadas, por imaginar y que yo a través de vosotros solo puedo soñar, para gozarlas ó sufrirlas  según me las queráis presentar. En vuestro ir y venir sin que yo os pueda retener, llenáis mi mente de recuerdos que a veces no quiero tener y llegado a este punto reconozco que algo os he de agradecer, pues pasáis de puntillas por las desgracias  y las archiváis allá al fondo, a donde más me cueste llegar, para recrearos en las alegrías, muchas de ellas solo por vosotros vividas, de las cuales intento disfrutar como si fueran mías.

Vosotros vais allá donde yo no puedo ir, acariciáis una flor que yo no puedo acariciar, os paseáis por jardines prohibidos para mí y me traéis fragancias que  hieren mi corazón, me hacéis perder la razón al convertiros en palabras y podéis hacer que me tomen por loco cuando os quiero contestar, pues al hacerlo estoy hablando solo, ó con vosotros, que al fin y al cabo es igual, es hablar conmigo mismo  y el que acaba  hablando para sí, no podrá  echar la culpa de ello a sus pensamientos, sin que alguien pueda poner en duda su cordura.

Os envidio y os odio pensamientos, pues hacéis de mí a vuestra voluntad, un mártir o un príncipe azul, me hacéis llorar ó reír, sin darle a mi cuerpo ocasión de que se materialicen en él las ilusiones que hacéis dormir en mi mente después de usarme como contenedor físico de vuestras penas y alegrías, y por si fuera poco, os atrevéis a vivir mi vida antes de que yo la viva y de lo que vais viviendo, a mí tan solo dejáis que lleguen las migajas que pueda hacer realidad. Sois la burla constante entre lo que me hacéis creer y lo que en verdad puedo ser. Maldigo vuestra libertad en la que no hay fronteras, ataduras, ni justicia que os impida hacer vuestra santa voluntad, haciéndome a mí esclavo de todo lo que me hacéis añorar.

Sí, pensamientos, me dejáis a mí aquí, a mucha distancia del mar, sentado en una silla mientras tecleo en mi ordenador una historia que me habéis contado, mientras vosotros me atormentáis contemplando en una playa sureña, ese cuerpo tendido al sol, me hacéis sentir la brisa dulce ó salada, el murmullo del agua, el vuelo de una gaviota que pasa, o el olor de la crema que la protege del sol. Dejáis que mi mano acaricie la arena ó la toalla que ella pisó y luego como venganza, tan solo archiváis en mi mente una ilusión convertida en recuerdo de lo que un hombre soñó… ¿Qué clase de diablos sois?

Trato de ignorar que hacéis parte de mí, trato de ignorar vuestra existencia, pero siempre traéis a las celdas de mi memoria la misma imagen de una luna nueva, que asoma por el horizonte. Una luna en la que nunca creí y que ahora me transporta a un paraje secreto de mi mente donde ausente del mundo soy feliz, porque nada me impide ser como soy, o como quiero ser. Nada me impide escuchar a mi corazón, ni enamorarme de la luna, del Sol, o de quien quiera yo.

¡Ay pensamientos míos! Al final de tantos juicios hechos sobre vosotros y sentencias en contra y a favor, he de reconocer hoy, que sois mi libertad y quien todo os quiso reprochar, que soy yo, no es más que vuestra cárcel sin barrotes, el archivo de vuestras aventuras, que es el mayor tesoro que conmigo se ha de enterrar. Reconozco también que soy feliz a fin de cuentas de saber que siempre llegaréis vosotros a donde yo no podré llegar, que sois la fuente de mis ilusiones y ellas son la esencia de mi vida, sois mi alma, si existe y sino  lo mejor de mí, sois, con permiso de Dios, lo que me compara con él, estando en más de un sitio a la vez y tenerla a ella cuando la quiera tener, ver sus ojos alegres en la barra de un bar, cuando los quiera ver. Gracias pensamientos por perderos en el tiempo los malos y por acompañarme los buenos hasta el fin, gracias por hacer de mí lo que soy.

Viejo Zorro
ADIOS VIEJO AMIGO.


DIBUJO DE VIEJO ZORRO (InFA INOT)

No sé cómo empezar a describir aquel día,
ni sé cómo hacerle  entender  a quien me lea,
el drama  encerrado en aquella  escena
de un  loco que el más cuerdo  se creía,
aunque en los valles de su mente ya no amanecía
y le daba igual un minuto que la vida entera,
él, era todos y nadie y no sabía quién  era,
cuatro cartones y un puente, su casa la le perecían
y en su vida, siempre era primavera.

Hablaba con un intruso, que  habitaba en su mente,
un extraño  que con él no se entendía
y con aquel extraño, él  menos todavía,
los dos se cobijaban en uno, bajo su puente,
la barba blanca y las arrugas en su  frente
delataban la avanzada edad que tenía,
para pesar de quienes le compadecían,
con la mirada lo acariciaban  tristemente
y era todo lo que hacían.

¡Hola viejo loco! De ti se burlan los inocentes,
sí así les puedo  llamar, a los niños de hoy en día,
que al igual que  antaño, hoy serán, ayer serían,
“pobres víctimas” de esos años  inconscientes
en los que jugar es también, maltratar a indigentes,
a desvalidos como tú, que con nadie  te metías,
¿Quien fue la víctima y quien el verdugo, Elías?
¿Que daño hacías cuando ibas a beber a la fuente,
donde nadie te  quería?.

Yo me paré contigo y maldije esa  suerte,
tú discutías con el intruso que siempre te contradecía,
cuando yo te hablaba, tú me mirabas y nada decías,
parecía que me veías, pero tu mirada era ausente,
¿Cómo ayudarte amigo? Si mi ayuda no querías,
todo el mundo que pasaba, de tu drama se reía
y  pagaban tus discursos con  gestos  indiferentes,
un día por la mañana, entre tus cartones yacías
¡Cuánto maldije tu suerte aquel día!

Viéndote allí tirado y mientras al Cielo maldecía,
¡Ya era hora de limpiar este rincón! Decía alguna gente,
pregunté  mirando a lo alto ¿Hay algún dios presente?
 Viendo lo que permite, no puede haberlo, me decía
¿Qué castigó mereció  para que así le pague la muerte?
¿Y qué castigo merece, quien aquí  no se lamente
del desprecio que le hicieron y que no se merecía?
¿Dónde están esos cristianos  que en la pila  bendecían
sus medallas de oro y, santos  de madera relucientes,
mientras tú, abandonado te morías?

Adiós  viejo loco, tú siempre me sorprendías
llamando locos a los que no podían entenderte,
hablabas con el extraño y no sé  de quién te reías,
 alegre y diminuto bajo aquel anciano puente,
tus charlas con el intruso, las escucho todavía,
y me hacen pensar, en la fragilidad de una mente,
en el proyecto que se perdió, de una vida
y la escasa humanidad del pasado y del presente,
la que se palpa cada día…

Viejo Zorro

martes, 13 de abril de 2010

HOGUERAS DE SAN JUAN

Óleo de Viejo Zorro (InFA INOT)


Partiendo del amor como argumento, cada uno escribe su historia. Renglón a renglón yo he ido escribiendo la mía, capítulo tras capítulo el amor me ha presentado tantas caras y situaciones distintas, que me han hecho sentir escritor agradecido de poderlas escribir, romances que más parecían inventados que vividos, y amores prohibidos que enriquecieron mi paso por el tiempo, tanto o más que los permitidos, si  unos y otros, así se pueden llamar.

Amores,  que por vivirlos a mi manera, comparé con hogueras de San Juan, aquellas que yo salté antaño y que hoy volvería a saltar, hogueras que empiezan ardiendo tímidamente hasta que sus llamas pretenden  alcanzar el cielo, luego van decayendo y no resta de ellas más que un rescoldo en el suelo,  luchando por conservar el calor de un fuego que sin remedio  se extingue, al fin y a la postre,  solo se queda de la hoguera la ceniza que las ascuas tapó y un tronco de encina que  el calor guardó hasta que la primera lluvia de otoño sentenció: Esto se acabó…

Ese tronco de encina que hasta el final aguantó,  era yo, un romántico soñador con el amor como inspiración para  un libro que encuaderné con mi vida, un libro que de un tiempo a esta parte vengo releyendo cada día y no sé en qué página me perdí, incluso no sé ya, si el libro que en mi mente escribía  era de otro ó era mío, pues de pronto me encuentro con páginas de una nueva historia que nada tiene que ver con todo lo escrito hasta ahora, ni tampoco con quien la escribió.  En esta penúltima parte, ya que nunca diré, la última,   no hay comparaciones con hogueras de San Juan, ni hay quien las quiera saltar, pero sí renace  un fuego en mi interior que nadie podrá apagar. No habrá ceniza ni lluvia, ni tronco de encina que quiera aguantar, no habrá nada que impida que se apague la llama que de nuevo arde en mi corazón, un corazón que creía haber amado cuanto se podía amar y viene a descubrir  al final, que el amor es algo más grande que todas las  hogueras de San Juan.

 Esta historia que se escribe sola, sorprendiendo a quien la escribe de lo que teclean sus torpes dedos, arrastra a su autor por los renglones escritos como pluma a caballo del viento y me convierte en el dueño inmerecido de una leyenda que se escapa a todo lo que he vivido y que empieza a trazar los primeros signos de una noche de luna llena en el Cielo y un zorro viejo que la contemplaba desde el suelo, un par de desconocidos  que en un espacio infinito perdidos, buscaban un mundo de fantasía donde poder corresponder a ese amor prohibido que nacía entre los dos.

En la última página que en mi mente puedo  leer, me pide la luna llena, que renuncie a la luz del Sol, y si no puedo  vivir el presente, salvo con  ayuda de la imaginación, que intente vivir los recuerdos más bellos y que nunca diga adiós, pues  siempre es tiempo de ser feliz. Sé que no me pide nada la luna que no me lo pida yo, pero que más he de  pedirle  a mis perezosos recuerdos de  hoy, que solo quieren llegar hasta donde aparece ella y se niegan a pasar de ahí.  Mi cuerpo tampoco  desea ir más allá de su mirada, antes y después,  todo se desvanece y en   mi memoria solo permanece una laguna de cristal, que refleja todo lo vivido y lo extiende como  alfombra mullida sobre  un nuevo camino que siempre me lleva a allí.

 Yo, que creí haber amado más y mejor que nadie, haber volado a lo más alto y haberme hundido  en lo más profundo del amor,  vengo a darme cuenta, y nunca es tarde,  de que jamás me había dolido el corazón como ahora por un amor prohibido y hoy me duele por ella. Esta página que mi mente dicta por su cuenta, para que yo escriba sobre los dos, será la que cierre un libro al que no le daré fin, porque el final será el mío y será dedicado a la luna, retrasaré cuanto pueda esta dedicatoria y me aferraré a la vida mientras controle mi pluma y aún pueda escribir TE QUIERO en las noches estrelladas,  aunque me tiemble el pulso  mientras me asaltan las dudas,  en las noches que los sueños me hagan vivir y en los días que la vida me haga soñar sin echarme culpa alguna.

 No dejaré de quererla por más prohibido que su amor me sea y por más que la vida me lo reproche. Podrá  prohibirme el tiempo vivir más allá de mis días, intentará  el mundo prohibir mi locura, como la distancia me prohíbe alcanzar la luna, deseará alguien prohibirme el amor que me regala, pero en el mío mando yo, o mejor dicho,  mandaba ayer, pues con sus ojos se fue y  se quedó en aquel encuentro, ella sabrá lo que hacer  con él.

Viejo zorro

OS QUIERO SUEÑOS

Óleo de Viejo Zorro (InFA INOT

Hola sueños, nunca hable de vosotros a pesar de lo importantes que sois en mis noches, nunca me paré a pensar, que sería para mí una noche sin sueños, con lo que me gusta soñar. En los maravillosos paisajes de vuestra fantasía me he perdido muchas veces, sin prisa por volverme a encontrar, he visto soles sobre mi cabeza, lunas brillando a la par, aguas cristalinas en las que no me cansé de nadar, valles sembrados de flores que cubrían los caminos  que nunca quise pisar.

Sueños que me esperáis detrás de las negras cortinas de la noche, para invitarme a viajar muy lejos de la realidad, sueños que a veces saltáis vuestras fronteras y me acompañáis en el día ausente de mi mundo, de la gente que me llama distraído porque no puede entender cuando se tropiezan conmigo, que yo no las pueda ver. No saben que sigo al otro lado, caminando por las blancas montañas recién nevadas, contemplando las figuras que dibujan las nubes para acabar escribiendo un nombre, que me gusta repetir callado… para que nadie me pueda escuchar.

Ayer noche no quise irme solo a la cama, sabía que me estabais esperando, pero no quería viajar y le pedí a una ilusión que me acompañara, no sabía cómo pedírselo y así se lo pedí: Ojalá tuviera tu permiso para soñar contigo. Fue todo cuanto se me ocurrió, ella me dio la mano y nos fuimos los dos. Paseando por la arena de una playa sin fin  dorada por la luz del sol, oí su risa, su voz y me paré frente a ella para contemplar sus ojos, hablábamos sin dejarnos hablar, pues tantas cosas nos queríamos decir, que las decíamos a la vez, huyendo del amanecer.

Gracias sueños, por ayudarme a traerla  a estos parajes que con tanto color y luz habéis pintado para ella,  gracias por hacerme disfrutar de su compañía de una forma tan real, pero no merecéis las gracias por dejarme despertar cuando aún la escuchaba hablar entre los pitidos del despertador ¡Maldito trasto y quien lo inventó!  Tras esta exclamación, el reloj dejó de sonar y de nuevo a su lado volvía a estar.  Recuerdo que le estaba pidiendo que siguiéramos soñando, para no dejar de oír su risa.

Ahora que ella se marchó, ya no tengo prisa,  ahora que estamos solos, queridos sueños, dejadme que siga  soñando  despierto, para que no deje de oír su voz, es un regalo que no me podéis negar y tampoco cambiar por otro  mejor. No sé si depende de vosotros sueños, pero si soñando he de ser feliz, soñaré también de día, entre la multitud he de soñar y cuando me vean sonreír y no sepan  porqué, a quien me pregunte le diré: ¿No ves que estoy soñando? Pues déjame soñar…

Gracias por venir conmigo a las playas de mis sueños, gracias por caminar de mi mano entre las flores de aquellos  valles,  gracias por llamarme desde la fantasía, gracias por ser un sueño, que se queda en los archivos de mi memoria, donde se unirán tantas coincidencias que nadie podrá creer, dirán que no son verdad, sino cosa de sueños y a nosotros, que más nos da…

Adiós sueños, os quiero, por que al igual que yo, la  habéis querido.

Viejo Zorro

LA PRADERA

Óleo de Viejo Zorro InFA INOT


Asomaba un viejo zorro por el claro del bosque atardeciendo,
los últimos rayos del sol tiñen su cola de rojo,
camina cansado esquivando los matojos,
desafía a la distancia y al tiempo mientras va amaneciendo

Los árboles se convierten en sombras negras amenazantes
mientras llega la luz de la luna a sus copas plateadas,
el zorro alza entonces su mirada al Cielo y allí estaba
la luna, envuelta en la noche que los convierte en amantes

Así cada día espera el viejo zorro la llamada de la luna
y se pasa las noches en aquel claro  de la pradera
mirando a un cielo que no alcanza ninguna escalera,
es un zorro viejo que se mira cada noche en la laguna,

Allí se refleja ella, tan hermosa como una novia de blanco,
el zorro atraviesa con su mirada aquel espejo de agua,
sus ojos clavados en ella, se encienden como  ascuas
y su corazón cansado, convierte sus broncos latidos en canto.

El zorro deja de ser tal, para ser tan solo un enamorado,
la pradera es el lugar elegido para encontrarla a ella,
el tiempo a él lo devora y a la luna la hace más bella,
sabe el zorro que amarla solo es un sueño y no tan dorado,

No le importa su cola blanca, ni que el tiempo de él se burle,
Ni le duele su corazón quemado por la luna llena
solo murmura su amor bajito, y con voz de pena
ignorando  todas las historias y los consejos que le turben

Seguiré en mi pradera, lejos del mundo, aulló a la luna el zorro,
tú serás siempre mi luna, la del zorro manso, o el fiero león,
te amaré  así, tú en lo alto, una reina, yo en el suelo, un peón,
soy un zorro sin tiempo y sin otra pasión que amarte, luna de oro.

A unos ojos grandes detrás de una columna

Viejo zorro