martes, 13 de abril de 2010

LA PRADERA

Óleo de Viejo Zorro InFA INOT


Asomaba un viejo zorro por el claro del bosque atardeciendo,
los últimos rayos del sol tiñen su cola de rojo,
camina cansado esquivando los matojos,
desafía a la distancia y al tiempo mientras va amaneciendo

Los árboles se convierten en sombras negras amenazantes
mientras llega la luz de la luna a sus copas plateadas,
el zorro alza entonces su mirada al Cielo y allí estaba
la luna, envuelta en la noche que los convierte en amantes

Así cada día espera el viejo zorro la llamada de la luna
y se pasa las noches en aquel claro  de la pradera
mirando a un cielo que no alcanza ninguna escalera,
es un zorro viejo que se mira cada noche en la laguna,

Allí se refleja ella, tan hermosa como una novia de blanco,
el zorro atraviesa con su mirada aquel espejo de agua,
sus ojos clavados en ella, se encienden como  ascuas
y su corazón cansado, convierte sus broncos latidos en canto.

El zorro deja de ser tal, para ser tan solo un enamorado,
la pradera es el lugar elegido para encontrarla a ella,
el tiempo a él lo devora y a la luna la hace más bella,
sabe el zorro que amarla solo es un sueño y no tan dorado,

No le importa su cola blanca, ni que el tiempo de él se burle,
Ni le duele su corazón quemado por la luna llena
solo murmura su amor bajito, y con voz de pena
ignorando  todas las historias y los consejos que le turben

Seguiré en mi pradera, lejos del mundo, aulló a la luna el zorro,
tú serás siempre mi luna, la del zorro manso, o el fiero león,
te amaré  así, tú en lo alto, una reina, yo en el suelo, un peón,
soy un zorro sin tiempo y sin otra pasión que amarte, luna de oro.

A unos ojos grandes detrás de una columna

Viejo zorro

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